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HOMBRE DE MIMBRE, EL


The Wicker Man

Gran Bretaña, 1973. 85 min. C

Director: ROBIN HARDY. Guión: Anthony Shaffer. Música: Paul Giovanni. Fotografía: Harry Waxman. Intérpretes: Edward Woodward, Christopher Lee, Britt Ekland, Diane Cilento, Ingrid Pitt, Lesley Mackie, Walter Carr, Lindsay Kemp, Aubrey Morris.


«¡Carne para tocar… carne para quemar! ¡No tengas al hombre de paja esperando!»


Esta joya del cine de terror moderno está dirigida por el británico Robin Hardy y protagonizada por el gran Christopher Lee en un papel que él mismo aseguró que era el mejor de su carrera, tan alejado del acostumbrado y más encosertado de la Hammer. El rodaje se llevó a cabo en espacios naturales de Escocia: en distintos pueblos (Gatehouse of Fleet, Newton Stewart, Kirkcudbright, Plockton y Creetown), en el Castillo de Culzean situado en el condado de Ayrshire y, especialmente, en la exuberante isla de Skye perteneciente a las Hébridas Interiores. El título de la cinta remite, de forma literal, a una colosal jaula antropomórfica confeccionada con mimbre que al parecer utilizaban los antiguos druidas (sacerdotes del paganismo celta) para realizar sacrificios humanos. Para filmar el fatídico desenlace, Hardy hizo construir tres estatuas de mimbre que tenían una altura de 50 a 60 pies, de las que finalmente solo se quemaron dos.



Basada libremente en la novela «Ritual» (1967) de David Pinner y adaptada por el prestigioso guionista y dramaturgo Anthony Shaffer (La Huella, Frenesí), El Hombre de Mimbre narra la historia de un mustio y muy católico policía de Scotland Yard, Howie (Edward Woodward), que se traslada a Summerisle, una remota isla privada de la costa occidental escocesa sede de una especie de culto neo-pagano de la fertilidad dirigido por el cruel y soberbio Lord Summerisle (Christopher Lee). Su cometido es investigar, a partir de una denuncia anónima, la desaparición y posible asesinato de una niña, quizás víctima de un sacrificio humano. En la isla, cuando Howie muestra su fotografía, nadie parece reconocerla. Poco a poco, el puritanismo del sargento choca con el clima desinhibido del lugar, donde sus pintorescos habitantes exhiben comportamientos íntimos difíciles de comprender para su (nuestra) sociedad.

La película, rica en matices, permite extraer un interesante subtexto de su argumento. Lo que empieza como un caso de rutina se convierte en una confrontación de ideas entre la (impuesta) religión cristiana, representada por el policía forastero, y las costumbres paganas de la comunidad, que inmersa en un entorno bucólico y de aura mística rinde veneración a dioses ancestrales, a la Naturaleza y al sexo libre. El Hombre de Mimbre, que denota una exhaustiva labor de investigación de las tradiciones paganas, viene en mostrar el conflicto universal entre civilizaciones distintas u opuestas cuando entran en contacto, haciéndonos reflexionar sobre cuestiones como la represión moral y el grado de tolerancia que tenemos hacia otras culturas por raras que parezcan. En la versión extendida del filme, encontramos un poderoso alegato recitado por Lord Summerisle contra el cristianismo, extraído del poema «Song of Myself», de Walt Whitman: «Creo que podría cambiar y vivir con los animales. Son tan plácidos e independientes. No se despiertan en la oscuridad a llorar por sus pecados. No me enferman discutiendo su deber ante Dios. No se arrodillan ante ningún otro así como tampoco ante ningún semejante que vivió hace miles de años. Ninguno de ellos es respetable ni infeliz, en todo el mundo».



La película de Robin Hardy es una mezcla de terror diurno y thriller de misterio muy original y sugerente y sin antecedentes fílmicos conocidos. También salpicado de humor bizarro y cierto tono carnavalesco, el folclore, lo ignoto, lo simbólico, la ordalía y el escarnio son algunas de las coordenadas entre las que se ubica. A la manera de Roman Polanski, la intriga se cuece a fuego lento, convirtiéndose en desasosiego y puro terror cuando se adivina la inminencia de un macabro sacrificio ritual, el cual respira aroma lovecraftiano. Otro de los grandes aciertos del filme es la atmósfera mágica y brumosa que lo envuelve, a cuya esplendidez contribuyen de manera decisiva los bellos e imponentes paisajes escoceses magníficamente fotografiados por Harry Waxman.

The Wicker Man no solo es una emblemática película de terror moderno filmada en la fructífera década de los setenta, en la que se vivía un creciente feminismo y un resurgir de cultos antiguos, sino que igualmente se puede ver como una suerte de musical de tipo etnográfico en el que la banda sonora del neoyorkino Paul Giovanni adquiere suma importancia y las letras de los sucesivos temas, llenos de motivos populares escoceses, van definiendo la tradición cultural de los habitantes de Summerisle. Las canciones, además de servir como mero acompañamiento musical, en ocasiones están directamente interpretadas por los actores, que en un momento u otro del filme cantan. La película se completa con la presencia de las bellas Diane Cilento, Ingrid Pitt y Britt Ekland, las tres «diosas» de la comunidad, quienes, al final, explican al protagonista el motivo de su elección como sacrificio al Dios Sol: ser casto, ser un tonto y tener «el poder de un rey».



«Tratando de ver a Dios en la tierra de nadie»

Las Playas de Fuego. Bárbara Délano


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EN UN LUGAR SOLITARIO


In a Lonely Place

Estados Unidos, 1950. 91 min. B/N

Director: NICHOLAS RAY. Guión: Edmund North, Andrew Solt (Historia: Dorothy B. Hughes). Música: George Antheil. Fotografía: Burnett Guffey. Intérpretes: Humphrey Bogart, Gloria Grahame, Frank Lovejoy, Carl Benton Reid, Art Smith, Jeff Donnell, Martha Stewart, Robert Warwick, Morris Ankrum, William Ching, Steven Geray, Hadda Brooks.


«Nací cuando ella me besó, morí el día que me abandonó y viví el tiempo que me amó»

Dixon Steele/Humphrey Bogart


Dixon «Dix» Steele (Humphrey Bogart), un insolente y famoso guionista de Hollywood en horas bajas con fama de conflictivo, es propuesto para adaptar un mediocre best seller. Para que le explique el argumento de la novela, ya que él no la ha leído, Dixon invita a su apartamento a la joven Mildred, una chica que trabaja en el guardarropía del club nocturno que frecuenta. A la mañana siguiente la mujer aparecerá asesinada, convirtiéndose el guionista en el principal sospechoso. En el interrogatorio al que le somete la policía conoce a la testigo Laurel Grey (Gloria Grahame), su nueva y atractiva vecina, quien admite que le «vigila» porque siente una «curiosa atracción al encontrarlo un hombre interesante». Ella le proporciona una coartada (supuestamente) falsa. A partir de entonces, ambos se enamoran e inician una idílica relación, que se empieza a resquebrajar cuando Laurel descubre la vena violenta del dual Dixon y la sombra de la duda se cierne sobre él: «Dix no es un ser normal. Me asusta. No me fío de él».



El rebelde Raymond Nicholas Kienzle (Wisconsin, 1911-Nueva York, 1979), más conocido como Nicholas Ray, además de director de cine, guionista y actor, fue estudiante de arquitectura, bisexual confeso y adicto al alcohol y las anfetaminas. David Thomson dijo de él que era «el poeta del desencanto de América». Con En un Lugar Solitario, Ray creó uno de los filmes de cine negro más ambiguos y poéticos que se han rodado; una obra esencial –a la vez que inusual– del género que deambula entre el thriller psicológico, el drama romántico y la crítica a la industria cinematográfica de Hollywood, la cual frustra la libertad creativa de guionistas y directores en pos de sus intereses comerciales. En cualquier caso, lo que prevalece es una historia de amor apasionada y torrencial que roza lo patológico y que acaba de forma muy poco complaciente para el espectador. Y es que el final del filme (que difiere respecto al del libro), soberbio y coherente, está repleto de amargura feroz y desolación.

La película adapta la novela homónima de Dorothy B. Hughes publicada en 1947 y comparte nexos de unión con Sospecha, de Hitchcock. Así, aborda temas escabrosos como el maltrato y la desconfianza en la pareja, enriqueciéndose con derivaciones morales relacionadas con el acoso que ejercen las «fuerzas oscuras» sobre un escritor de Hollywood al que pretenden imputar un crimen que –tal vez– no ha cometido. Igualmente, hay lugar para sondear la libertad e ilusión por la vida de un hombre incomprendido, afligido por una crisis personal e imposibilitado de alcanzar la felicidad debido a sus taras emocionales. El personaje de Dixon, parece ser, estaba inspirado en la figura real del guionista Albert Maltz (1908-1985).



El gran acierto de En un Lugar Solitario fue contar con la presencia de Humphrey Bogart y Gloria Grahame, quienes probablemente llevaron a cabo las mejores interpretaciones de sus respectivas carreras. Bogart, además de asumir el papel principal, ejerció de productor a través de su propia compañía Santana Pictures. Absolutamente convincente como Dixon, su ambiguo retrato psicológico, rico en matices y cercano al carácter enérgico y mordaz que tenía en la vida real, constituye una de las mayores virtudes del filme. Muy de Bogart, pero también del momento que estaba viviendo Ray, la película evidencia asimismo la relación tensa que mantenía el director con la actriz, quien por entonces era su esposa y de la que se divorció justo antes de finalizar el rodaje. En el filme, Gloria encarna a una mujer enigmática, sensual e inteligente y en ocasiones disfrazada de falsa femme fatale. En su vida real, mientras, poco después de separarse de Nicholas Ray, se casó con Tony Ray, el hijo de Nicholas, quien había sido su hijastro. Gloria acabó teniendo hijos de los dos Ray.

En un Lugar Solitario vuelve a atestiguar la destreza del estadounidense Nicholas Ray a la hora de captar las atormentadas atmósferas del cine negro, logro al que contribuyen de forma decisiva la excelente fotografía en blanco y negro de Burnett Guffey y un tratamiento del decorado y el espacio próximo al austriaco Fritz Lang. Los diálogos también resultan brillantes y están empapados de cinismo y dobles intenciones. Una película elegante y sobria, de intensa pulsión dramática y adulta, que se ve contaminada por el deseo, la pasión y la adversidad. Un filme realizado en una época, la de la década de los ya lejanos cincuenta, en la que aún se contaban historias estimulantes.



«En todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en el que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en los túneles. Y, entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal. Y a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes.
Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario de lo que había imaginado»

El Túnel. Ernesto Sábato


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TOP 35 Mejores trilogías


1. TRILOGÍA SOBRE LA FALTA DE FE EN EL MUNDO, de Andréi Tarkovski

Stalker (1979)

Nostalgia (Nostalghia, 1983)

Sacrificio (Offret, 1986)


2. TRILOGÍA SOBRE LA RELACIÓN ENTRE RAZÓN Y RELIGIÓN, de Carl Theodor Dreyer

La Pasión de Juana de Arco (La Passion de Jeanne d’Arc, 1928)

Dies Irae (Vredens Dag, 1943)

Ordet (La Palabra) (Ordet, 1955)


3. TRILOGÍA DEL APOCALIPSIS SILENCIOSO, de Béla Tarr

Sátántangó (1956)

Armonías de Werckmeister (Werckmeister Harmóniák, 2000)

El Caballo de Turín (A Torinói Ló, 2011)


4. TRILOGÍA SOBRE EL VIAJE Y LAS FRONTERAS, de Theo Angelopoulos

El Paso Suspendido de la Cigüeña (To Meteoro Vima tou Pelargou, 1991)

La Mirada de Ulises (To Vlemma tou Odyssea, 1995)

La Eternidad y un Día (Mia Aioniotita kai mia Mera, 1998)


5. TRILOGÍA DEL SILENCIO DE DIOS, de Ingmar Bergman

Como en un Espejo (Såsom i en Spegel, 1961)

Los Comulgantes (Nattvardsgästerna, 1963)

El Silencio (Tystnaden, 1963)


6. TRILOGÍA DE LA PRISIÓN, de Robert Bresson

Un Condenado a Muerte se ha Escapado (Un Condamné à Mort s’est Échappé, 1956)

Pickpocket (El Carterista) (Pickpocket, 1959)

El Proceso de Juana de Arco (Procès de Jeanne d’Arc, 1962)


 7. TRILOGÍA DE NORIKO, de Yasujirô Ozu

Primavera Tardía (Banshun, 1949)

El Comienzo del Verano (Bakushû, 1951)

Cuentos de Tokio (Tôkyô Monogatari, 1953)


8. TRILOGÍA DE LA HISTORIA DE HUNGRÍA, de Miklós Jancsó

Los Desesperados (Szegénylegények, 1966)

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Los Rojos y los Blancos (Csillagosok, Katonák, 1967)

Silencio y Grito (Csend és Kiáltás, 1967)


9. TRILOGÍA DE APU, de Satyajit Ray

Pather Panchali (La Canción del Camino) (Pather Panchali, 1955)

Aparajito (El Invencible) (Aparajito, 1956)

Apur Sansar (El Mundo de Apu) (Apur Sansar, 1959)


10. TRILOGÍA DE LA PARTICIÓN DE BENGALA, de Ritwik Ghatak

Estrella Nublada (Meghe Dhaka Tara, 1960)

Komal Gandhar (1961)

Subarnarekha (1965)


11. TRILOGÍA DE LA TRAGEDIA, de Akira Kurosawa

Los Siete Samuráis (Shichinin no Samurai, 1954)

Trono de Sangre (Kumonosu-jô, 1957)

Ran (1985)


12. TRILOGÍA DE LA CONDICIÓN HUMANA, de Masaki Kobayashi

La Condición Humana I: No hay Amor más Grande (Ningen no Joken I, 1959)

La Condición Humana II: El Camino a la Eternidad (Ningen no Joken II, 1959)

La Condición Humana III: La Plegaria del Soldado (Ningen no Joken III, 1961)


13. TRILOGÍA DE LA NUEVA CARNE, de David Cronenberg

Videodrome (1983)

La Mosca (The Fly, 1986)

Inseparables (Dead Ringers, 1988)


14. TRILOGÍA DE LOS APARTAMENTOS, de Roman Polanski

Repulsión (Repulsion, 1965)

La Semilla del Diablo (Rosemary’s Baby, 1968)

El Quimérico Inquilino (Le Locataire, 1976)


15. TRILOGÍA DE LA INCOMUNICACIÓN, de Michelangelo Antonioni

La Aventura (L’avventura, 1960)

La Noche (La Notte, 1961)

El Eclipse (L’eclisse, 1962)


16. TRILOGÍA DEL DÓLAR o DEL HOMBRE SIN NOMBRE, de Sergio Leone

Por un Puñado de Dólares (Per un Pugno di Dollari, 1964)

La Muerte tenía un Precio (Per Qualche Dollaro in Più, 1965)

El Bueno, el Feo y el Malo (Il Buono, il Brutto, il Cattivo, 1966)


17. TRILOGÍA SOBRE LAS MISERIAS DE LA GUERRA, de Roberto Rossellini

Roma, Ciudad Abierta (Roma Città Aperta, 1945)

Paisà (Camarada) (Paisà, 1946)

Alemania, Año Cero (Germannia, Anno Zero, 1948)


18. TRILOGÍA DE LA MEMORIA, de Alain Resnais

Hiroshima, Mon Amour (1959)

El Año Pasado en Marienbad (L’Annèe Dernière à Marienbad, 1961)

Muriel (Muriel ou Le Temps d’un Retour, 1963)


19. TRILOGÍA DE LA GUERRA, de Andrzej Wajda

Generación (Pokolenie, 1955)

Kanal (1957)

Cenizas y Diamantes (Popiól I Diament, 1958)

CENIZA


20. TRILOGÍA DE LOS MUERTOS VIVIENTES, de George A. Romero

La Noche de los Muertos Vivientes (Night of the Living Dead, 1968)

Zombi (Dawn of the Dead, 1978)

El Día de los Muertos (George A. Romero’s Day of the Dead, 1985)


21. TRILOGÍA DEL SAMURÁI, de Jean-Pierre Melville

El Silencio de un Hombre (Le Samouraï, 1967)

Círculo Rojo (Le Cercle Rouge, 1970)

Crónica Negra (Un Flic, 1972)


22. TRILOGÍA DE LOS DEMENTES VISIONARIOS, de Werner Herzog

Aguirre, la Cólera de Dios (Aguirre der Zorn Gottes, 1972)

Fitzcarraldo (1982)

Cobra Verde (1987)


23. TRILOGÍA NEORREALISTA, de Vittorio De Sica

El Limpiabotas (Sciuscià, 1946)

Ladrón de Bicicletas (Ladri di Biciclette, 1948)

Umberto D. (1952)


24. TRILOGÍA SOBRE LA TIRANÍA Y LA VIOLENCIA, de Tengiz Abuladze

El Ruego (Vedreba, 1967)

El Árbol de los Sueños (Natvris Khe, 1976)

Arrepentimiento (Monanieba, 1984)


25. TRILOGÍA MITOLÓGICA o EURIPIDEA, de Mihalis Kakogiannis

Electra (Ilektra, 1962)

Las Troyanas (The Trojan Women, 1971)

Iphigenia (Ifigenia, 1977)


26. TRILOGÍA DE LA GUERRA o DE UCRANIA, de Aleksandr Dovzhenko

Zvenigora (1928)

Arsenal (1929)

Tierra (Zemlya, 1930)


27. TRILOGÍA DE LAS TRES MADRES, de Dario Argento

Suspiria (1977)

Inferno (1980)

La Madre del Mal (La Terza Madre, 2007)


28. TRILOGÍA DE KOKER, de Abbas Kiarostami

¿Dónde está la Casa de mi Amigo? (Khane-ye Doust Kodjast, 1987)

Y la Vida Continúa (Zendegi va Digar Hich, 1992)

A Través de los Olivos (Zire Darakhatan Zeyton, 1994)


29. TRILOGÍA SOBRE SHAKESPEARE, de Orson Welles

Macbeth (1948)

Otelo (The Tragedy of Othello: The Moor of Venice, 1952)

Campanadas a Medianoche (Falstaff – Chimes at Midnight, 1965)


30. TRILOGÍA DEL RADICALISMO JAPONÉS, de Yoshishige Yoshida

Eros y Masacre (Erosu purasu Gyakusatsu, 1969)

Purgatorio Heroico (Rengoku Eroica, 1970)

Golpe de Estado (Kaigenrei, 1973)


31. TRILOGÍA DE LAS PUERTAS DEL INFIERNO, de Lucio Fulci

Miedo en la Ciudad de los Muertos Vivientes (Paura nella Città dei Morti Viventi, 1980)

El Más Allá (E tu Vivrai nel Terrore – L’aldilà, 1981)

Aquella Casa al lado del Cementerio (Quella Villa accanto al Cimitero, 1981)


32. TRILOGÍA DE LOS PERDEDORES, de Aki Kaurismäki

Nubes Pasajeras (Kauas Pilvet Karkaavat, 1996)

Un Hombre sin Pasado (Mies Vailla Menneisyyttä, 2002)

Luces al Atardecer (Laitakaupungin Valot, 2006)


33. TRILOGÍA PROVINCIANA, de Nuri Bilge Ceylan

El Pueblo (Kasaba, 1997)

Nubes de Mayo (Mayis Sikintisi, 1999)

Lejano (Uzak, 2002)


34. TRILOGÍA DE GLAUBER ROCHA, de Glauber Rocha

Dios y el Diablo en la Tierra del Sol (Deus e o Diabo na Terra do Sol , 1964)

Tierra en Trance (Terra em Transe, 1967)

El Dragón de la Maldad contra el Santo Guerrero (O Dragao da Maldade contra o Santo Guerreiro – Antonio das Mortes, 1969)


35. TRILOGÍA DEL POETA YUSUF, de Semih Kaplanoglu

Huevo (Yumurta-Avgo, 2007)

Leche (Süt, 2008)

Miel (Bal, 2010)


Mención extra: TRÍPTICO ELEMENTAL DE ESPAÑA, de José Val del Omar

Aguaespejo Granadino (1953-55). Cortometraje

Fuego en Castilla (1958-60). Cortometraje

Acariño Galaico (1961/1981-82/1995). Cortometraje


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ECLIPSE, EL


L’eclisse

Italia, Francia, 1962. 126 min. B/N

Director: MICHELANGELO ANTONIONI. Guión: Tonino Guerra, Michelangelo Antonioni, Elio Bartolini. Música: Giovanni Fusco. Fotografía: Gianni di Venanzo. Intérpretes: Alain Delon, Monica Vitti, Francisco Rabal, Louis Seigner, Lilla Brignone, Rossana Rory, Mirella Ricciardi.


 «Y tú, ¿qué hiciste ayer por la noche?», pregunta Piero a Vittoria.

«¿Por qué nos hacemos tantas preguntas? Yo creo que no es necesario conocerse para quererse. Además, quizás no necesitemos querernos», replica Vittoria.


Director bisagra entre el Neorrealismo y la nueva experimentación fílmica, Michelangelo Antonioni (1912-2007) no abandona el humanismo de aquel movimiento, si bien lo despoja de virulencia y conciencia moralizante. El de Ferrara, demostrando que la crisis ya no es patrimonio de los pobres de posguerra, basa el vértice de su obra en el reposo existencial de la clase burguesa italiana de los años sesenta como expresión de su vacuidad y aridez intelectual.

El Eclipse (1962) concluye la trilogía sobre la célebre incomunicabilità de Antonioni, encabezada por La Aventura (1960) y seguida por La Noche (1961), y a las que podríamos añadir El Desierto Rojo (1964). La película, hecha de silencios y espacios vacíos, es un nuevo ensayo psicoarquitectónico sobre los desarrollos sociológicos de la modernidad que canta, como si de un cuadro de Edward Hopper se tratara, a la soledad, la melancolía y la futilidad de la vida.



También concebida como un retrato femenino (el de Vittoria), El Eclipse boceta una relación amorosa entre Vittoria (Monica Vitti, novia de Antonioni en la vida real), quien acaba de romper con su novio Riccardo (Francisco Rabal), y el atractivo inversor financiero Piero (Alain Delon), del cual la mujer se encandila pese a conocer de antemano sus defectos. Ella, ambivalente y más compleja, luz a la vez que eclipse, fluctúa entre la felicidad pueril y la angustia vital. «Quisiera no quererte, o quererte mucho mejor», le dice a Piero. Él, en cambio, es un casanova arrogante y hedonista adicto al dinero y al ritmo frenético de la Bolsa.

El apasionado y efímero romance entre los dos jóvenes burgueses insatisfechos, indescifrable en sus propósitos y ofuscado por sus desequilibrios emocionales, sirve a Michelangelo Antonioni para retratar el distanciamiento humano y la imposibilidad de hallar conexiones en un mundo cada vez más superficial y mecanizado.



Rechazado todo artificio narrativo, lo extraordinario de El Eclipse se encuentra en cómo el autor critica la mercantilización de los sentimientos: sin discursos, sólo deparando en el gesto solemne y la mirada abismática, en la geometría del plano y en el tiempo muerto como metáfora «absoluta de la pérdida, del ingreso en el vacío», en palabras de Núria Bou. Como Robert Bresson, mostrando lo invisible a través de lo visible (en Antonioni a través del espacio) y huyendo de la causalidad de las acciones, el italiano convierte la forma en idea.

En ese sentido, especial relevancia adquiere el paisaje, cuya cualidad casi metafísica lo convierte en correlato material del estado esquizofrénico de los protagonistas, a la vez que en testigo mudo del desamor. Así, la estival ciudad de Roma donde se desarrolla la (ausencia de) historia, –al margen de las bulliciosas escenas del interior de la Bolsa–, se retrata con calles desiertas y modernos bloques de hormigón a medio terminar, fríos e impersonales, en los que Vittoria y Piero se buscan y pierden de vista y su pasión está destinada a desaparecer. Perfecto ejemplo de ello es la audaz y perturbadora secuencia final, con una coreografía de cosas que han engullido la figura humana, la cual permanece como una de las más reveladoras y recordadas del cine de Antonioni.



El Eclipse es la quintaesencia del estilo modernista del Michelangelo Antonioni arquitecto, allá donde el espacio y el tiempo se transfiguran en una poética de la desolación. Obra maestra del cine introspectivo y un enigma en sí misma, la película resulta una mirada lúcida, reflexiva y filosófica de las frágiles relaciones humanas que nos unen y separan.


«Todo lo que consigo pensar es que durante el eclipse probablemente se detenga también los sentimientos»

Michelangelo Antonioni


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TOP 35 Gótico italiano


«Es obligado tener en cuenta una fuerza profunda, fundamental en la definición de la cultura italiana del siglo XIX y, en consecuencia, del XX: el melodrama operístico, donde el elemento gótico está bien presente. Si no se comprende esta tradición subterránea, no puede entenderse cómo el cine fantástico italiano nace de improviso a finales de los años cincuenta, como Minerva de la cabeza de Júpiter»

Giorgio Placereani


1. LA FRUSTA E IL CORPO
Mario Bava, 1963


2. LA MASCHERA DEL DEMONIO
Mario Bava, 1960


3. L’ORRIBILE SEGRETO DEL DR. HICHCOCK
Riccardo Freda, 1962


4. DANZA MACABRA
Antonio Margueriti, 1964


5. OPERAZIONE PAURA
Mario Bava, 1966


6. UN ANGELO PER SATANA
Camillo Mastrocinque, 1967


7. I VAMPIRI
Riccardo Freda & Mario Bava, 1957


8. I LUNGHI CAPELLI DELLA MORTE
Antonio Margueriti, 1964


9. IL MULINO DELLE DONNE DI PIETRA
Giorgio Ferroni, 1960


10. LO SPETTRO
Riccardo Freda, 1963


11. AMANTI D’OLTRATOMBA
Mario Caiano, 1965


12. LA VENDETTA DI LADY MORGAN
Massimo Pupillo, 1965


13. I TRE VOLTI DELLA PAURA
Mario Bava, 1963


14. LA MORTE HA SORRISO ALL’ASSASSINO
Joe D’Amato, 1973


15. LA NOTTE DEI DIAVOLI
Giorgio Ferroni, 1972


16. 5 TUMBE PER UN MEDIUM
Massimo Pupillo, 1965


17. LA CRIPTA E L’INCUBO
Camillo Mastrocinque, 1964


18. L’AMANTE DEL VAMPIRO
Renato Polselli, 1960


19. LA VERGINE DI NORIMBERGA
Antonio Margheriti, 1963


20. FLESH FOR FRANKENSTEIN
Paul Morrissey & Antonio Margueriti, 1973


21. FOLLIA OMICIDA
Riccardo Freda, 1981


22. IL CASTELLO DEI MORTI VIVI
Luciano Ricci & Warren Kiefer, 1964


23. HORROR
Alberto De Martino, 1963


24. IL BOIA SCARLATTO
Massimo Pupillo, 1965


25. UN BIANCO VESTITO PER MARIALÉ
Romano Scavolini, 1972


26. LICANTHROPUS
Paolo Heusch, 1961


27. NELLA STRETTA MORSA DEL RAGNO
Antonio Margueriti, 1971


28. RITI, MAGIE NERE E SEGRETE ORGE NEL TRECENTO
Renato Polselli, 1972


29. LA STRAGE DEI VAMPIRI
Roberto Mauri, 1962


30. LA LAMA NEL CORPO
Elio Scardamaglia, 1966


31. LA LUNGA NOTTE DI VERONIQUE
Gianni Vernuccio, 1966


32. MANIA
Renato Polselli, 1974


33. LA NOTTE DEI DANNATI
Filippo Walter Ratti, 1971


34. SEDDOK, L’EREDE DI SATANA
Anton Giulio Majano, 1960


35. NUDA PER SATANA
Luigi Batzella, 1974


Mención extra: LA STREGA IN AMORE
Damiano Damiani, 1966


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TOP 40 Cine y pintura: Edward Hopper


EDWARD HOPPER (Nueva York, EEUU, 1882 – 1967)
Pintor del aislamiento, la soledad y la melancolía, de cuadros que cuentan historias



«Todo arte es una expresión de la experiencia del hombre, y por tanto cualquier técnica o recurso color, textura, perspectiva es sólo un medio para llegar a un fin mayor: la representación del hombre y de su mundo»

(Manifiesto Humanista, 1947)


Por orden cronológico


1. Anna Christie (Clarence Brown, 1930)

Automat (1927)


2. Scarface, el terror del hampa (Howard Hawks, 1932)

Night Shadows (1921). Grabado


3. 39 escalones (Alfred Hitchcock, 1935)

Compartiment C, Car 293 (1938)


4. La sombra de una duda (Alfred Hitchcock, 1943)

Stairway (1949)


5. Los niños del paraíso (Marcel Carné, 1945)

Two Comediants (1965)


6. Forajidos (Robert Siodmak, 1946)

Nighthawks (1942)


7. Extraños en un tren (Alfred Hitchcock, 1951)

Night Shadows (1921). Grabado


8. La señora sin camelias (Michelangelo Antonioni, 1953)

Morning in a City (1944). Boceto


9. La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954)

Night Windows (1928)


10. La noche del cazador (Charles Laughton, 1955)

Marshall’s House (1932)


11. Centauros del desierto (John Ford, 1956)

South Carolina Morning (1955)


12. El grito (Michelangelo Antonioni, 1957)

Four Lane Road (1956)


13. Alfred Hitchcock presenta: Una milla para llegar (TV) (Alfred Hitchcock, 1957)

Room in New York (1932)


14. Vértigo (De entre los muertos) (Alfred Hitchcock, 1958)

Queensborough Bridge (1913)


15. Pickpocket (Robert Bresson, 1959)

Rooms by the Sea (1951)


16. Pickpocket (Robert Bresson, 1959)

Sun in a Empty Room (1963)


17. Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960)

House by the Railroad (1925)


18. Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960)

Stairway at 48 rue de Lille, Paris (1906)


19. El eclipse (Michelangelo Antonioni, 1962)

New York Movie (1939)


20. El eclipse (Michelangelo Antonioni, 1962)

Cape Cod Morning (1950)


21. El eclipse (Michelangelo Antonioni, 1962)

The Open Window (1918). Grabado


22. Marnie, la ladrona (Alfred Hitchcock, 1964)

Office at Night (1940)


23. Cortina rasgada (Alfred Hitchcock, 1966)

Hotel Lobby (1943)


24. Easy Rider (Dennis Hopper, 1969)

Portrait of Orleans (1950)


25. Llueve sobre mi corazón (Francis Ford Coppola, 1969)

Hotel Room (1931)


26. El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973)

Railroad Train (1908)


27. El amigo americano (Wim Wenders, 1977)

Drug Store (1927)


28. Días del cielo (Terrence Malick, 1978)

House by the Railroad (1925)


29. Manhattan (Woody Allen, 1979)

Queensborough Bridge (1913)


30. Manhattan (Woody Allen, 1979)

Apartment Houses, East River (1930)


31. Dinero caído del cielo (Herbert Ross, 1981)

Nighthawks (1942)


32. La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987)

The Lighthouse at Two Lights (1929)


33. Nubes pasajeras (Aki Kaurismäki, 1996)

New York Movie (1939)


34. El final de la violencia (Wim Wenders, 1997)

Nighthawks (1942)


35. Flores rotas (Jim Jarmusch, 2005)

High Noon (1949)


36. Las partículas elementales (Oskar Roehler, 2006)

People in the Sun (1960)


37. Shirley: Visiones de una realidad (Gustav Deutsch, 2013)

New York Movie (1939)


38. Shirley: Visiones de una realidad (Gustav Deutsch, 2013)

Morning Sun (1952)


39. Carol (Todd Haynes, 2015)

Approaching a City (1946)


40. Carol (Todd Haynes, 2015)

Hotel Room (1931)


Mención extra: Twin Peaks: The Return (TV) (David Lynch, 2017)

Office at Night (1940)


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RAN


Ran

Japón, Francia, 1985. 160 min. C

Director: AKIRA KUROSAWA. Guión: Akira Kurosawa, Hideo Oguni, Masato Ide (Obra: William Shakespeare). Música: Toru Takemitsu. Fotografía: Takao Saito, Masaharu Ueda. Intérpretes: Tatsuya Nakadai, Akira Terau, Jinpachi Nezu, Pîtâ, Mieko Harada, Masayuki Yui, Daisuke Ryû, Yoshiko Miyazaki, Hisashi Igawa, Kazuo Katô, Norio Matsui.


«Si no dais a la naturaleza más de lo necesario, la vida humana vale menos que la de la bestia»

El Rey Lear. William Shakespeare


Ran (en japonés , que significa caos, miseria) es la última película épica –y obra maestra– de Akira Kurosawa (1910-1998), uno de los mayores y más influyentes cineastas del siglo XX. Realizada a sus 75 años y producida por el francés Serge Silberman (habitual de Luis Buñuel), el filme despliega la sabiduría y excelencia artística de toda una vida en apenas tres horas, en la que el tiempo queda suspendido. El autor la definió como «una serie de acontecimientos humanos observados desde el cielo».



Ran, como Korol Lir (1971), la extraordinaria película del ruso Grigori Kozintsev, está basada en la obra teatral de William Shakespeare «El Rey Lear», representada por primera vez en 1606 y cuyo tema principal es la ingratitud filial. Kurosawa «orientaliza» con astucia la historia y traslada la tragedia al entorno medieval japonés, inspirándose en la antigua leyenda de las tres flechas del daimyō Mōri Motonari (1497-1571), el soberano feudal más poderoso de la Región de Chūgoku durante el Período Sengoku.

Lúcida y pesimista reflexión sobre la condición humana, Ran es un jidaigeki (drama de época japonés) ambientado en el siglo XVI que muestra la caída del viejo Hidetora Ichimonji (Tatsuya Nakadai), un señor de la guerra que decide abdicar en favor de sus tres hijos (hijas en el texto original): Tarō, Jirō y Saburō (el equivalente a Cordelia). A partir de ese momento, su reino se desintegra debido a las luchas de poder entre su prole, marcada por la ambición, la envidia, la lujuria y el odio. Frente a esa torva de pasiones insanas, el Gran Señor Ichimonji, siempre acompañado por su fiel Bufón (Pîtâ, una drag queen muy popular en su momento), sufre un severo quebranto psíquico que le conduce inexorablemente a la locura, hundiéndose su clan en la traición y la venganza.



Aclamada por sus poderosas imágenes y subyugante belleza plástica, todo en Ran es monumental: el presupuesto (el más alto hasta entonces del cine japonés), el número de extras (1.400), la puesta en escena (entre intimista y épica), el vestuario de Emi Wada (ganador de un Oscar), la psicología de los personajes, la precisión narrativa, la composición y duración del plano, la fotografía de Takao Saito y Masaharu Ueda y el inmejorable uso de la luz y el color.

Kurosawa, en sus inicios talentoso pintor, elaboró un storyboard o guión gráfico compuesto por 862 dibujos que le sirvieron para entender y previsualizar la película antes de filmarse. Mención aparte merecen las sangrientas batallas, que con un tratamiento del montaje y el sonido ejemplar son como un perfecto y alucinado ballet cinematográfico. Por su parte, las interpretaciones, poco naturales, resultan brillantes, sobresaliendo la de Tatsuya Nakadai y, especialmente, la de Mieko Harada como la fría y manipuladora Lady Kaede, esposa del hijo mayor de Lord Hidetora (sucedánea de Lady Macbeth en Trono de Sangre).



Cine, literatura, poesía, teatro, ópera, danza, pintura… Ran es la obra culminante y más ambiciosa de un hombre que se sabía en la cúspide de su arte. Magnífico fresco histórico y lienzo de formato panorámico, permanece hoy día como una de las obras culminantes del cine universal.


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MOBY DICK


Moby Dick

Gran Bretaña, 1956. 116 min. C

Director: JOHN HUSTON. Guion: Ray Bradbury, John Huston (Novela: Herman Melville). Música: Philip Sainton. Fotografía: Oswald Morris. Intérpretes: Gregory Peck, Richard Basehart, Leo Genn, James Robertson Justice, Harry Andrews, Friedrich Ledebur, Bernard Miles, Edric Connor, Orson Welles.


«¿Qué sería un océano sin un monstruo al acecho en la oscuridad? Sería como dormir sin sueños»

Werner Herzog


El estadounidense de origen irlandés John Huston (1906-1987) es uno de los mejores directores del cine clásico americano. Hombre inquieto y de agitada juventud, fue campeón de boxeo, periodista y hasta ingresó en el ejército revolucionario de Pancho Villa. Su ópera prima fue El Halcón Maltés (1941), considerada como la primera muestra de cine negro, aunque ya existían Los Violentos años veinte, ScarfaceLittle Caesar. Pese a firmar películas de corte y valía desigual, muchos de sus títulos tienen un rasgo común: la búsqueda obsesiva hasta el borde del fracaso. Moby Dick (1956) es un perfecto ejemplo.

Apasionante filme de aventuras marinas y tempestuosos infiernos interiores, Moby Dick se basa en la famosa novela homónima de Herman Melville, la cual narra la odisea del capitán Ahab y su obstinada lucha contra una enorme ballena blanca. El guion fue elaborado por Huston con la complicidad del escritor de ciencia ficción Ray Bradbury, quien confesó que tuvo que leerse hasta nueve veces el libro. Los exteriores fueron rodados, con grandes dificultades técnicas y climáticas, en aguas de Gran Canaria y de la portuguesa isla de Madeira, donde se filmaron escenas reales de caza de cetáceos. El papel central fue para un sorprendente Gregory Peck, a quien le acompañó Orson Welles camuflado de secundario.



New England, 1841. El navío Pequod sale del puerto de New Bedford rumbo a las islas Azores, donde el capitán Ahab (Gregory Peck) espera capturar ballenas. Sin embargo, su prioridad es Moby Dick, un poderoso cachalote albino que tiempo atrás le arrancó una pierna y llenó de odio su alma. Ávido de venganza irracional, dispuesto a sacrificar su vida y la de su tripulación, el enervado patrón, con su pata de palo, se consagra a navegar incansablemente por los siete mares con el fin de dar muerte a su enemigo.

De gran simbolismo, Moby Dick rehúsa quedarse en una sola intención y sobrepasa la aventura, convirtiéndose en una alegoría sobre Némesis y el castigo divino. El tema central de la película es el conflicto entre el capitán Ahab, un ser colérico que se rebela contra Dios, y la Ballena Blanca, la cual puede verse como un disfraz del Creador: «Si Dios fuera un animal, sería una ballena», dice uno de los personajes. Remarcando el carácter blasfemo y existencialista de la novela, el filme de Huston asume proporciones de fábula bíblica sombría. Moby Dick es la historia de un hombre rencoroso contra su destino, la de Ahab enfrentado irremediablemente a las invencibles fuerzas de la Naturaleza.



Todo en Moby Dick es grandioso y apocalíptico: el cielo azul, el mar indómito, la camaradería de los tripulantes del Pequod, Gregory Peck encarnando a Ahab, Orson Welles como el Padre Mapple predicando, la venganza, la vanidad, el impresionante Leviatán asesino. De cuidada ambientación marinera y logrados efectos especiales, la película destaca por el particular uso de la fotografía en Technicolor que hace Oswald Morris, quien se sirve de una gama cromática de marrones y grises que tiene la fuerza para crear una genial atmósfera lúgubre y la sensación de vieja estampa.

Moby Dick, de John Huston, no sólo es la adaptación más conocida y probablemente fiel –teniendo en cuenta el necesario trabajo de síntesis llevado a cabo– de la novela de H. Melville publicada en 1851, sino, en definitiva, una de las cintas de aventuras más maravillosas que ha dado el cine.



«Los buitres del mar, en la piadosa mañana, y los tiburones, todos de riguroso negro. En vida, pocos de ellos habrían ayudado a la ballena si por ventura ésta los hubiera necesitado, pero al banquete de su funeral acuden todos»

Moby Dick. Herman Melville


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TETSUO, EL HOMBRE DE HIERRO


Tetsuo

Japón, 1989. 67 min. B/N

Director: SHINYA TSUKAMOTO. Guion: Shinya Tsukamoto, Kei Fujiwara. Música: Chu Ishikawa. Fotografía: Shinya Tsukamoto. Intérpretes: Tomorowo Taguchi, Kei Fujiwara, Nobu Kanaoku, Renji Ishibashi, Naomasa Musaka, Shinya Tsukamoto.


 «Con nosotros comienza el reino de los hombres con las raíces amputadas. El hombre multiplicado que se mezcla con el hierro y se alimenta de electricidad.
Preparemos la próxima identificación del hombre con el motor»

Filippo T. Marinetti. Manifiesto Futurista, 1910


Mutación, cambio. El ser humano se metamorfosea dependiendo de las condiciones de vida. Encerrado en las grandes concentraciones urbanas, el hombre ha desarrollado una serie de ansiedades y deformaciones psicológicas que lo han conducido a una paulatina e irreversible insensibilización. La respuesta de Tsukamoto frente a ese panorama de decadencia pasa por una (necesaria) transformación física y mental, por una (con)fusión de carne y metal que nos elevará a un estado superior dentro de la cadena evolutiva. Tetsuo ligada a Videodrome (1983), la máxima somática de David Cronenberg y vértice cinematográfico de la Nueva Carne.



Al comienzo de Tetsuo, un hombre conocido como The Metal Fetishist (Shinya Tsukamoto) se introduce, con vicioso placer, trozos de hierro oxidado en su cuerpo. De sus heridas infectadas empiezan a brotar gusanos. Asustado, huye a la carrera y es atropellado por un típico salaryman japonés (Tomorowo Taguchi). A partir de ese momento, el segundo hombre comienza a sufrir extraños síntomas en su propio cuerpo. De su cara y extremidades emergen protuberancias metálicas imposibles de arrancar. Finalmente, ambos se enfrentan mientras mutan de manera inimaginable. No obstante, ante la imposibilidad de ganar uno de ellos, deciden fusionarse dando forma a una máquina de guerra dispuesta a «convertir el mundo entero en metal», al grito de «Nuestro amor puede destruir este puto mundo. ¡Vamos allá! ¡Hagámoslo!».

El muy transgresor y hombre-para-todo Shinya Tsukamoto (que se encarga de la dirección, del guión, de los efectos especiales, de la fotografía y hasta de interpretar a El Fetichista, su álter ego) propone una ficción de lo más desasosegante sobre la Caída de la Humanidad. Filmada en un granuliento 16 mm y en un blanco y negro que es pura tiniebla, Tetsuo se alza como una película de auténtico culto dentro de la reverenciada Nueva Carne en su vena más virulenta y psicótica, donde materia orgánica e inorgánica se alean obscena y compulsivamente en búsqueda de una raza perfecta, donde el cerebro queda supeditado a la voluntad del acero.



Realizado a partir de un cortometraje previo, The Phantom of Regular Size (1986), el primer largo de Shinya Tsukamoto recoge influencias de David Cronenberg (Videodrome, La Mosca), David Lynch (Cabeza Borradora) y el escritor William Gibson. Batiéndolas en una túrmix nipona junto al manga, el género mecha y el kaiju-eiga tipo Godzilla, la obra maestra del llamado Techno-Orientalism –o respuesta autóctona a la crisis de identidad causada por el entorno ultratecnológico, según Toshiya Ueno– posee sin embargo una personalidad propia irrefutable. Si a ello se le añade un montaje frenético, una banda sonora industrial perforante y un aspecto visual que remite inconscientemente al Futurismo, Constructivismo y Surrealismo, el resultado es una feroz pesadilla cyberpunk que rezuma ultraviolencia, sexo, mutaciones, dolor/placer y opresión tecnológica por los cuatro costados.

El mismo Tsukamoto, tres años después de realizar Tetsuo, el Hombre de Hierro (1989), con más medios y a color, hizo una especie de secuela/remake, Tetsuo 2: El Cuerpo del Martillo (1992), la cual no hace sino prolongar la apología de la destrucción masiva. La tercera entrega llegó veinte años más tarde: Tetsuo 3: The Bulletman (2009). Ninguna de ellas, obviamente, supera a la original.



«¡Joder! ¿No lo entiendes? Tu futuro es de metal»


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TOP 10 David Cronenberg


DAVID CRONENBERG (Toronto, Canadá, 1943)
El profeta de la Nueva Carne



«Una de las cosas que hago en mis películas, y que funciona para mí pero no necesariamente para otros, es intentar modificar la percepción estética del público. A lo largo de noventa minutos o más que dure la película, quiero que comience por experimentar una repulsión normal e innata, pero que al final llegue a ver una especie de belleza o una posibilidad de belleza en lo que encontró repugnante al principio. Este trámite forma también parte de mi proyecto.
Es un proyecto estético, una tentativa de transformar la estética humana»

David Cronenberg


1. VIDEODROME
(Videodrome, CAN/1983)


2. INSEPARABLES
(Dead Ringers, CAN/1988)


3. LA MOSCA
(The Fly, EEUU/1986)


4. CROMOSOMA 3
(The Brood, CAN/1979)


5. RABIA
(Rabid, CAN/1977)


6. VINIERON DE DENTRO DE…
(Shivers, CAN/1975)

vinierrrr


7. EL ALMUERZO DESNUDO
(Naked Lunch, CAN/1991)


8. M. BUTTERFLY
(M. Butterfly, CAN/1993)


9. CRASH
(Crash, CAN/1996)


10. PROMESAS DEL ESTE 
(Eastern Promises, GB/2007)


Mención extra: CRIMES OF THE FUTURE
(Crimes of the Future, CAN/1970)


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