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SUEÑO DE INVIERNO (WINTER SLEEP)


Kis Uykusu

Turquía, Francia, Alemania, 2014. 195 min. C

Director: NURI BILGE CEYLAN. Guión: Ebru Ceylan, Nuri Bilge Ceylan (Cuentos: Antón Chéjov). Fotografía: Gökhan Tiryaki. Intérpretes: Haluk Bilginer, Melisa Sözen, Demet Akbag, Nadir Saribacak, Ayberk Pekcan, Nejat Isler, Tamer Levent.


«Sócrates dijo que el objetivo de la filosofía es conocerse a uno mismo. Para mí, el cine es lo mismo. Intento conocerme mejor, aliviar mi dolor por la vida… Intento comprender lo que significa el ser humano»

Nuri B. Ceylan


Aydin (que significa «halo alrededor de la luna» o «intelectual» en turco) (Haluk Bilginer) es un actor de teatro retirado que regenta un hotel con encanto, llamado Othello (referencia a Shakespeare), en la región montañosa de Anatolia Central, en la bella y remota Capadocia (que significa «tierra de buenos caballos»). El influyente Aydin, propietario también de varias casas de campo alquiladas y negocios, dedica su tiempo a escribir presuntuosas columnas de opinión para la gaceta local. Junto a él vive su joven e insatisfecha esposa, Nihal (Melisa Sözen), de la cual se ha distanciado sentimentalmente y cuyo único objetivo en la vida parece ser recaudar fondos para las escuelas rurales, y su cínica e irritable hermana, Necla (Demet Akbag), que acaba de divorciarse. Mientras, el invierno avanza y la nieve, como una segunda capa de los personajes, recubre la estepa. Así, el hotel se convierte en un refugio físico a la vez que simbólico; un lugar del que los personajes no pueden partir y que sirve para avivar los resentimientos y los reproches.



Ganadora de la Palma de Oro en Cannes e inspirada en tres relatos cortos de Chéjov y en algunos escritos de Dostoyevsky, Winter Sleep es la película más ambiciosa del turco Nuri B. Ceylan, un excepcional fotógrafo reconvertido a mayúsculo realizador y consolidado definitivamente como uno de los grandes autores del cine europeo contemporáneo. Perfecta ligazón entre cine y literatura, su séptimo largometraje es la culminación de un proceso de madurez y refinamiento de estilo que ya era apreciable en Érase una vez en Anatolia. La palabra, utilizada de forma medida en sus anteriores filmes, más próximos a la poética visual de su admirado Tarkovski (a quien hace un doble homenaje en Lejano), se torna en Winter Sleep fundamental.

Las prolongadas conversaciones, en apariencia triviales y mesuradas, entre lo cotidiano y lo filosófico, son la pista que desvela lo que ocultan los personajes. El hotelero, su esposa y su hermana, igual de indolentes los tres, saben ver los problemas del mundo y creen saber cómo resolverlos, pero miran para otro lado cuando se trata de ellos, callando, tergiversando o recreando la realidad a su antojo. Ceylan, que confirma su aureola de brillante guionista junto a su esposa, son muchos los temas que aborda: la diferencia de clases, el orgullo, el rencor, la soledad, el paso del tiempo, los rescoldos del amor, los vínculos de dependencia o lo ambiguo de la culpa y la generosidad.



Winter Sleep es una pieza de cámara sosegada y precisa, con planos como cuadros, en la que Ceylan demuestra su excepcional capacidad para filmar algo tan abstracto y complejo como son las relaciones personales y la condición humana. La puesta en escena es teatral, si bien la fotogenia del turco no es la de los rostros de Dreyer o Bergman, sino la de los cuerpos en reposo, sentados o estirados, sin alzarse la voz por hirientes que sean las cosas que se dicen. El estilo, no obstante, recuerda a los dramas de distanciamiento del sueco (Los Comulgantes, Sonata de Otoño, Secretos de Matrimonio), especialmente en la magnífica dirección de actores (enormes Haluk Bilginer y Melisa Sözen) y por trabajar desde el mismo grado de introspección psicológica, metiéndose de lleno dentro de los personajes y haciendo que sean ellos quienes desnuden su alma.


«… Pero eres un hombre insoportable, egoísta, despectivo, cínico. Esa es tu falta. […] Eres un hombre cultivado, honesto, justo, íntegro… En el conjunto, es cierto. No puedo decir nada en contra tuyo. Pero a veces usas tus cualidades para asfixiar a los demás, para menospreciarlos, humillarlos y aplastarlos. Tu elevada moral te sirve para odiar a todo el mundo»

Nihal a Aydin



El paisaje agreste y yermo de la fascinante Capadocia y la fría luz del invierno exterior, combinados con los interiores de luz cálida y progresivamente claustrofóbicos del hotel, actúan como correlato emocional de Aydin y sus dos antagonistas, condenados a permanecer en ese entorno de ensimismamiento y a vivir su particular sueño de invierno. Sublimada por la bella fotografía de Gökhan Tiryaki y punteada por la melancólica Sonata para piano nº 20 en La mayor D. 959 de Franz Schubert (que también se oye en Au hasard Balthazar, de Bresson), Winter Sleep es el tipo de cine cuya verdadera dimensión se desvela al acabar de verlo, incluyendo tres escenas poderosas: las conversaciones que tiene Aydin, por separado, con su hermana y su esposa, y la parte final con la voz en off del hotelero. Si bien su visionado exige paciencia y atención, en parte por su quietud y larga duración, en parte por sus muchos diálogos, el resultado es gratificante y revelador. Sueño de Invierno, una de las más portentosas del siglo XXI, es una película viva y humana, que trasciende lo cotidiano y se convierte en espejo del alma.


«Nihal, no me he ido. No he sido capaz. ¿Será que me he vuelto viejo o loco, o un hombre diferente? Pensarás cualquier cosa… No sé. Pero este hombre nuevo en mí, me retiene. No me eches. Sé, ahora, que nada quiero de Estambul. Todo me es extraño; allí como en otros lados. Debes saber que no tengo a nadie más que a ti. Te echo de menos a cada minuto, a cada instante. No te lo diré nunca, mi orgullo me lo impide. Sé que sería terrible, mejor dicho, imposible, para mí, separarme de ti. De la misma forma que sé que ya no me amas, sé que nuestro pasado no volverá. No lo lamento. Considérame tu servidor, como un esclavo. Continuemos nuestra vida en común, aunque sea a tu manera. Perdóname»

Aydin



«Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos»

Eduardo Galeano


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TOP 20 Cine y pintura: Edvard Munch


EDVARD MUNCH (Ådalsbruk, Løten, Noruega, 1863 – Skøyen, Oslo, Noruega, 1944) 
Precursor del Expresionismo alemán y pintor de la angustia, la soledad y el sentido trágico de la vida y la muerte



«Pintar estados de fuerte agitación meramente copiando la naturaleza, o la naturaleza vista en un estado de fuerte agitación, supone un esfuerzo terrible para los nervios. Absorber en pocas horas la naturaleza relativamente indiferente, y después en esas pocas horas dejar que lo visto se filtre por las cámaras del ojo, del cerebro, de los nervios, del corazón, dejar que arda en la pasión. El horno del infierno del alma es extremadamente agresivo para los sistemas nerviosos. (Por ejemplo Van Gogh, en parte yo mismo). No pinto lo que veo sino lo que vi»

Edvard Munch


Por orden cronológico


1. El gabinete del doctor Caligari (Robert Wiene, 1920)

La separación (1894)


2. El gabinete del doctor Caligari (Robert Wiene, 1920)

Noche estrellada (1922-1924)


3. Nosferatu (F.W. Murnau, 1922)

Lübeck (1902). Dibujo


4. El acorazado Potemkin (Sergei M. Eisenstein, 1925)

El grito (1893)


5. Amanecer (F.W. Murnau, 1927)

Luz de luna (1893)


6. Stromboli, tierra de Dios (Roberto Rossellini, 1950)

Calle en Åsgårdstrand (1902)


7. La aventura (Michelangelo Antonioni, 1960)

La separación (1894)


8. Repulsión (Roman Polanski, 1965)

Las manos (1893)


9. Persona (Ingmar Bergman, 1966)

Vampire (1895)


10. Persona (Ingmar Bergman, 1966)

Atracción I (1896)


11. Harold y Maude (Hal Ashby, 1971)

Moonrise (1909)


12. Gritos y susurros (Ingmar Bergman, 1972)

El grito (1893)


13. Gritos y susurros (Ingmar Bergman, 1972)

Junto al lecho de muerte (1895)


14. Gritos y susurros (Ingmar Bergman, 1972)

Muerte en la habitación (1895)


15. Nosferatu, vampiro de la noche (Werner Herzog, 1979) (póster)

Madonna (versión) (1894-1895)


16. Sacrificio (Andrei Tarkovsky, 1986)

La voz (Sueño de una noche de verano) (1893)


17. Down by Law (Jim Jarmusch, 1986)

Cenizas (1894)


18. Días salvajes (Wong Kar-Wai, 1990)

La separación (1894)


19. Casa de lava (Pedro Costa, 1994)

Crounching Nude (1917-1919)


20. Érase una vez en Anatolia (Nuri Bilge Ceylan, 2011)

La tormenta (1893)


Mención extra: Moonrise Kingdom (Wes Anderson, 2012)

El asesino en el carril (1919)


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TOP 15 Cine y pintura: Caspar David Friedrich


CASPAR DAVID FRIEDRICH (Greifswald, Alemania, 1774 – Dresde, Alemania, 1840) 
Pintor paisajista del Romanticismo alemán, de la melancolía, tristeza y soledad. La Naturaleza como paisaje interior



«Cierra tu ojo corporal a fin de ver con el ojo de tu espíritu y haz surgir a la luz del día lo que has visto en la oscuridad»

(Caspar D. Friedrich)


Por orden cronológico


1. Fausto (F.W. Murnau, 1926)

Dos hombres contemplando la luna (1819)


2. Die Weiße Hölle vom Piz Palü (Arnold Fanck, 1929)

Acantilados blancos en Rügen (1818)


3. Dies Irae (Carl Th. Dreyer, 1943)

Paisaje de una tarde con dos hombres (1830-1835)

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4. Dies Irae (Carl Th. Dreyer, 1943)

Hombre y mujer contemplando la luna (1818-1824)


5. Muerte de un ciclista (Juan A. Bardem, 1955)

Invierno (1803)


6. Cuando una mujer sube la escalera (Mikio Naruse, 1960)

Mujer en las escaleras (1825)


7. Corazón de cristal (Werner Herzog, 1976)

El monje a la orilla del mar (1808-1810)


8. Corazón de cristal (Werner Herzog, 1976)

Arrecife rocoso en la orilla del mar (1824)


9. Nosferatu, vampiro de la noche (Werner Herzog, 1979)

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Paisaje de una tarde con dos hombres (1830-1835)

nosferta


10. Nostalgia (Andrei Tarkovsky, 1983)

Las ruinas de Eldena (1825)


11. Sacrificio (Andrei Tarkovsky, 1986)

El mediodía (1822)


12. Voces espirituales (Aleksandr Sokurov, 1995). Documental

La mañana (1821)


13. Madre e hijo (Aleksandr Sokurov, 1997)

El monje a la orilla del mar (1808-1810)


14. Hors Satan (Bruno Dumont, 2011)

Mujer frente al sol poniente (1818)


15. The Revenant (Alejandro G. Iñárritu, 2015)

Cementerio de un monasterio bajo la nieve (1818)


Mención extra: Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019)

El caminante ante un mar de niebla (1818)


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MOSCA, LA


The Fly

Estados Unidos, 1986. 100 min. C

Director: DAVID CRONENBERG. Guión: George Langelaan, Charles Edward Pogue, David Cronenberg. Música: Howard Shore. Fotografía: Mark Irwin. Intérpretes: Jeff Goldblum, Geena Davis, John Getz, Joy Boushel, Leslie Carlson, George Chuvalo, Michael Copeman, David Cronenberg, Carol Lazare, Shawn Hewitt.


«Soy un insecto que soñó que era hombre y le fascinó, pero el sueño terminó y el insecto ha despertado»

Seth Brundle/Jeff Goldblum


Desde siempre, David Cronenberg ha imaginado que los avances médicos, científicos y tecnológicos podían dislocar la morfología del cuerpo humano y el comportamiento del individuo. La Mosca es el paradigma de ese pensamiento. La mutación gradual y la fusión cromosómica de un ser humano y una mosca fueron dos aspectos del guión, escrito por Charles Edward Pogue, que entusiasmaron al canadiense, que vio la oportunidad perfecta para expandir su work in progress. La película trata sobre Seth Brundle (Jeff Goldblum, ya de por si con ojos de insecto díptero), un científico físico-molecular tímido y brillante que ha diseñado un invento que, según él, «cambiará el mundo para siempre»: una máquina de teletransportación capaz de desintegrar átomo por átomo la materia para volver a integrarla («descomposición y recomposición», símbolo de «purificación» y «renacimiento», en palabras de Seth) mediante dos cabinas de aspecto futurista llamadas telepodos (como traslaciones siniestras del útero materno) conectadas a un ordenador central.

Para confirmar el éxito de su descubrimiento, Seth Brundle en persona prueba la máquina. Por desgracia, algo sale mal: una mosca común se ha colado en uno de los telepodos durante la teletransportación y se ha realizado una mezcla genética entre ambos. El experimento fallido dará lugar a un ser insólito, una aberración biológica: Brundlefly, un híbrido asimétrico de humano e insecto aladoEl mismo Seth le dice a Verónica: «Me estoy convirtiendo en algo que no ha existido nunca». En paralelo, la película desarrolla un romance, al final conmovedor y con grandes dosis de piedad, entre el científico y la periodista Veronica Quaife, interpretada por la actriz Geena Davis, quien por entonces, en la vida real, era pareja sentimental de Jeff Goldblum.



David Cronenberg, con ineludibles referencias a «La Metamorfosis» de Kafka, transforma la tragedia de Serie B y ciertamente naif de Kurt Neumann protagonizada por el gran Vincent Price en una odisea purulenta y contemporánea de la Nueva Carne: la pérdida de la identidad física y psíquica y el proceso degenerativo de la existencia, dos de los temores más profundos de Cronenberg y otros artistas torturados de fin de siglo. El autor de Videodrome se centra en los peligros de la maternidad tecnológica y en el miedo inmemorial por la propia carne, los cuales se relacionan con la fantasía masculina de autogeneración y la necesidad, ante la insatisfacción del «yo», de mejorar la raza humana en búsqueda obsesiva de un estado espiritual superior y más evolucionado.

En Seth Brundle, la mejor etapa de su vida tiene lugar justo después de fusionarse con la mosca (cuando todavía predomina en él la carne humana, recién enriquecida con el aporte genético del díptero). Seth se siente más hermoso, más fuerte, más vivo. Es el Brundle-mosca pletórico, con apetitos –especialmente de azúcar– y habilidades sobrehumanas (la nueva carne resplandeciente). Sin embargo, poco a poco, el científico comienza a empeorar y a notar extraños cambios en su organismo. La carne (la actual, mero receptáculo físico del alma) se vuelve recesiva (se arruga, se marchita) y una nueva conciencia de instinto salvaje emerge. Hacia el final de la transformación, Seth reconoce a Veronica que está perdiendo su razón y compasión humanas y le dice que tal vez ha sido un insecto que soñó que era un hombre y le gustó, una definición poética, triste y muy kafkiana que emparenta su pathos con el de Scott Carey, el hombre menguante de Jack Arnold, igualmente sometido a una metamorfosis lenta, dolorosa e irreversible. Y es que, en Cronenberg, lo somático vuelve a triunfar sobre la mente, que no aspira a comprender los misterios de la carne nueva.



La película cuenta con un asombroso trabajo de efectos especiales y maquillaje a cargo de Chris Wallas (ganador de un Oscar y director tres años más tarde de La Mosca II), que alcanzan su mayor efectividad no con la criatura en si sino con la progresiva conversión física del protagonista. Al final, Seth es parte humano, parte mosca y hasta parte metal al combinarse con un telepodo; un monstruo repulsivo y deforme, de naturaleza maligna, pero patético y de cruel destino al fin y al cabo. La acción, con apenas tres personajes (Seth, Veronica y Stathis, amigo de la mujer), transcurre prácticamente en un único escenario, la residencia-laboratorio del científico situada en la periferia de la ciudad, en un barrio degradado y gris, que contrasta con la calidez de la vivienda de Veronica. Este intimismo asimismo alcanza el carácter del monstruo, el cual sólo parece existir para Seth y la horrorizada Veronica, sin repercusión exterior.

De factura clásica y con una puesta en escena idónea y sin estridencias, La Mosca es no obstante un filme intenso, oscuro y perturbador que aborda, a modo de metáfora, temas como la enfermedad (cáncer, sida y otras contagiosas), el envejecimiento y la desdicha de la pérdida humana. Para el canadiense Cronenberg, antes que un relato de terror o ciencia-ficción, su largometraje nº 10 es una trágica historia de amor que no llega a materializarse con uno de los protagonistas condenado a morir. En cualquier caso, La Mosca, del aún puro Cronenberg, es un clásico de los ochenta lleno de ideas fascinantes y espeluznantes y en el que el alcance del (verdadero) horror, más que gráfico, es conceptual: la desintegración (consciente) de la condición humana.



«Tú sólo conoces la línea prefijada por la sociedad sobre eso. No puedes superar el miedo enfermizo de la sociedad por la carne. ¿Sabes qué te digo? No estoy hablando sólo de sexo y penetración, estoy hablando de penetrar más allá del velo de la carne»

Seth a Veronica


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TOP 10 David Lynch


DAVID LYNCH (Missoula, Montana, EEUU, 1946)
Creador de mundos extraños y de narraciones oníricas y perversas



 «Los sueños verdaderamente importantes son los que tienes cuando estás despierto»

David Lynch


1. EL HOMBRE ELEFANTE
(The Elephant Man, 1980)


2. CABEZA BORRADORA
(Eraserhead, 1977)

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3. CARRETERA PERDIDA
(Lost Highway, 1997)


4. MULHOLLAND DRIVE
(Mulholland Drive, 2001)


5. TERCIOPELO AZUL
(Blue Velvet, 1986)


6. UNA HISTORIA VERDADERA
(The Straight Story, 1999)


7. CORAZÓN SALVAJE
(Wild at Heart, 1990)


8. DUNE
(Dune, 1984)


9. INLAND EMPIRE
(Inland Empire, 2006)


10. TWIN PEAKS: FUEGO CAMINA CONMIGO
(Twin Peaks: Fire Walk with Me, 1992)


Mención extra: LA ABUELA
(The Grandmother, 1970). Cortometraje


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REY LEAR, EL


Korol Lir

URSS, 1971. 132 min. B/N

Dirección: GRIGORI KOZINTSEV & IOSIF SHAPIRO. Guión: Grigori Kozintsev, Boris Pasternak (Obra: William Shakespeare). Música: Dmitri Shostakovich. Fotografía: Jonas Gritsius. Intérpretes: Jüri Järvet, Regimantas Adomaitis, Donatas Banionis, Juozas Budraitis, Oleg Dal, Roman Gromadsky, Aleksei Petrenko, Elza Radzina, Karl Sebris, Valentina Shendrikova, Aleksandr Vokach, Galina Volchek, Vladimir Yemelyanov.


«La estupidez del mundo es tan superlativa que, cuando nos aquejan las desgracias, normalmente producto de nuestros excesos, echamos la culpa al sol, la luna y las estrellas, como si fuésemos canallas por necesidad, tontos por coacción celeste; granujas, ladrones y traidores por influjo planetario; borrachos, embusteros y adúlteros por forzosa sumisión al imperio de los astros, y tuviésemos todos nuestros vicios por divina imposición»

(«El Rey Lear». William Shakespeare)


Grigori Mijáilovich Kózintsev (1905-1973), de origen judío-ucraniano y contemporáneo de Sergei M. Eisenstein, fue uno de los pioneros del primer cine soviético. Cofundador a la edad de quince años, junto con Sergei Yutkevich y Leonid Trauberg, del colectivo de artistas de vanguardia Fábrica del Actor Excéntrico (FEKS), que en 1922 publicó el Manifiesto del Excentricismo, sus primeros filmes fueron comedias burlescas de propaganda política influidas por el expresionismo y las teorías teatrales de Vsévolod Meyerhold. Kozintsev llevó a cabo una intensa carrera cinematográfica desde los años veinte hasta mediados de los cuarenta al lado de Trauberg, con quien codirigió todas sus películas, incluida La Nueva Babilonia y la popular trilogía protagonizada por un obrero llamado Máximo.

Ya sin Trauberg, en la era postestalinista, y compaginándolas con su dedicación al teatro y la enseñanza, Kozintsev realizó tres versiones basadas en la literatura occidental. La primera fue Don Quijote (1957), la mejor adaptación del clásico de Miguel de Cervantes, rodada en sovcolor en el áspero paisaje de Crimea. El mayor éxito internacional lo obtuvo con las siguientes: Hamlet (1964) y El Rey Lear (1971), ambas adaptaciones de obras de William Shakespeare y codirigidas por su amigo Iosif Shapiro. Dos filmes tardíos, obras maestras absolutas, que hicieron que Kozintsev fuera reconocido como uno de los grandes directores del cine mundial.



El Rey Lear (Korol Lir), escrita por Kozintsev a partir de la espléndida traducción al ruso que realizó el Premio Nobel Boris Pasternak (cuyo espíritu, por cierto, profetizó a Tarkovsky que solo haría siete películas, «pero todas buenas»), narra la historia del Rey Lear de Inglaterra (Jüri Järvet), un monarca oprimido por la vejez que decide dividir su Reino entre sus tres hijas. Sin embargo, primero deben decirle cuánto le aman. Las dos hijas mayores, Goneril (Elza Radzina) y Regan (Galina Volchek), arpías duchas en el arte de la adulación hipócrita, conmueven el corazón del padre, mientras que la más joven, la dulce Cordelia (Valentina Shendrikova), declara con sencillez, sin falsos halagos, un amor sincero («mi amor es más rico que mi lengua»). Colérico ante tal falta de énfasis, Lear repudia a Cordelia y, pese a las advertencias de ésta, reparte las tierras entre Goneril y Regan y sus respectivos maridos, el Duque de Albania (Donatas Banionis) y el de Cornualles (Aleksandr Vokach).

Desgraciada decisión, la de un Rey arrogante y megalómano, que será el detonante de un remolino de pasiones marcadas por la ambición, el egoísmo, la lujuria, la traición y el odio. Humillado y desterrado por sus hijas mayores, el Rey Lear es obligado a vagar como un mendigo por áridos páramos en compañía de su inseparable Bufón (magnífico Oleg Dal), único capaz de hacerle ver la estupidez de sus actos, y un puñado de leales seguidores harapientos. Pronto cae víctima de la locura (como Hamlet y Otelo), la cual da paso a una tardía iluminación espiritual, y es testimonio impotente de la aniquilación de su Reino sumido en la disensión y el caos y su familia.



Fiel al texto original, Korol Lir es una reflexión pesimista sobre el poder y su efecto engañoso, sobre el absolutismo y la ingratitud (que afecta no solo a Lear y a sus hijas sino a las contrafiguras del vasallo Gloucester y sus dos hijos, el noble Edgar y el bastardo Edmund). Si el texto bebe de la tradición inglesa de la literatura, la física de la película lo hace de la tradición soviética, deparando imágenes poderosas para transmitir en términos visuales la sensación de tragedia, no dejando que esta dependa únicamente de la palabra. La mayor virtud de Kozintsev reside en el papel preponderante que concede al espacio, actuando el paisaje y el desorden atmosférico (viento, polvo, niebla, lluvia) como perfecto correlato de los conflictos internos y externos de los personajes, todo lo cual queda realzado por la fotografía en blanco y negro de Jonas Gritsius, que juega con las luces y las sombras y abrillanta la belleza y fervor de los cielos.

Uno de los mayores aciertos del filme fue contar con el estonio Jüri Järvet (1919-1995) en el rol del arrugado y atormentado Rey Lear, un actor enérgico y apasionadamente expresivo idóneo para transferir emoción y patetismo. Casualmente o no, tanto él como Donatas Banionis, que interpreta al honesto Duque de Albania, tendrían un año más tarde los papeles principales en Solaris, de Tarkovsky, lo que tiende más puentes entre el genio ruso y Kozintsev. Otro elemento que contribuye a la redondez final de la película es la última banda sonora de Dmitri Shostakovich (1906-1975), uno de los compositores y pianistas más importantes del siglo XX y habitual colaborador de Kozintsev, cuya partitura evoca el ánimo fatalista y melancólico de la historia.



Puro cine soviético, formalmente austero, de énfasis pictórico (en sus inicios Kozintsev estudió pintura) y de dimensión telúrica, donde la tierra y los acontecimientos son un cascote que absorbe a los personajes y los arrastra inevitablemente hacia la ruina y la degradación. El Rey Lear, junto a Hamlet, del mismo Kozintsev, y Trono de Sangre, de Kurosawa, son las mejores y más espiritualmente profundas adaptaciones al cine que se han hecho de Shakespeare, por encima de Ran (también basada en «El Rey Lear») y de la trilogía de Orson Welles, grandiosas igualmente.


«No busco popularizar la literatura ni vulgarizarla para el mayor número de espectadores posible. Me interesa Shakespeare porque todos los problemas presentes en sus comedias son modernos y contemporáneos. El cine me permite mostrar en la pantalla toda una gama de sentimientos intensos y de reflexiones profundas»

(Grigori Kozintsev)


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TOP 10 Películas ambientadas en Los Ángeles


«En Hollywood te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma»

Marilyn Monroe


1. PERDICIÓN (Double Indemnity)
Billy Wilder, 1944


2. CHINATOWN
Roman Polanski, 1974


3. BLADE RUNNER
  Ridley Scott, 1982


4. EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (Sunset Boulevard)
Billy Wilder, 1950


5. MULHOLLAND DRIVE
David Lynch, 2001


6. VIVIR Y MORIR EN LOS ÁNGELES (To Live and Die in L.A.)
William Friedkin, 1985


7. ESTÁN VIVOS (They Live)
John Carpenter, 1988


8. JACKIE BROWN
Quentin Tarantino, 1997


9. UN DÍA DE FURIA (Falling Down)
Joel Schumacher, 1993


10. HER
Spike Jonze, 2013


Mención extra: TERMINATOR (The Terminator)
James Cameron, 1984


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FURIA DEL TIGRE AMARILLO, LA


Xin Du Bi Dao

Hong Kong, 1971. 99 min. C

Dirección: CHANG CHEH (Shaw Brothers). Guión: Kuang Ni. Música: Yung-Yu Chen. Fotografía: Mu-To Kung. Intérpretes: David Chiang, Ching Lee, Lung Ti, Feng Ku, Sing Chen, Lei Cheng, Chung Wang.


«Los espaderos que se adhieren a los principios de lealtad, reciprocidad y deber son xia«

Érase una vez en China. Tsui Hark


La legendaria Shaw Brothers, en su momento la mayor productora de cine en Hong Kong, fue fundada oficialmente en 1958 por los hermanos Shaw, cuatro hermanos originarios de Shanghái que igualmente compartían el nombre Run: Run Run, Runme, Runde y Runje Shaw. La compañía hongkonesa, sinónimo de calidad y elegancia, tuvo su apogeo durante los años sesenta y setenta, etapa en la que encontró el filón con las películas wuxia y de kung fu. La figura más importante de la Shaw Brothers fue, indiscutiblemente, Chang Cheh (1923-2002), a la postre convertido en uno de los directores más prolíficos, singulares e influyentes del sudeste asiático con casi cien películas realizadas en cuarenta y cinco años de profesión.

El talentoso Chang (también el más poético King Hu, éste emigrado a Taiwán después de pertenecer a la Shaw Brothers) es la expresión cardinal del cine wuxia (o wuxia pian), ese género tan popular y adictivo ambientado en la China medieval que mezcla la filosofía de las artes marciales (wu 武) con los héroes de la ficción wushu (soldados de fortuna, guerreros, caballeros) (xia 俠) y enfatiza las escenas de acción centradas en la lucha de espadas y el tono melodramático, épico y a veces fantástico de las historias. Esto es cine industrial hecho con óptica de autor (como el de Mario Bava) y un tratamiento particular de la crueldad. Los temas como la amistad masculina, el honor, la lealtad y la traición lo emparentan, en cierta medida, con el Heroic Bloodshed («derramamiento de sangre heroico») del John Woo chino de los ochenta y principios de los noventa (años en los que dirigió títulos como A Better Tomorrow, The Killer y Hard Boiled).



Dirigido en 1971 por el «padrino del cine de Hong Kong», La Furia del Tigre Amarillo es uno de los filmes esenciales y más entretenidos de la Shaw Brothers. La película cuenta la historia del joven Lei Li (David Chiang), un leal caballero errante que únicamente obedece a sus propios códigos de conducta. Imbatible gracias a la técnica de la Espada Gemela, su arte marcial es inviolable y su reputación más importante que su misma vida. El antagonista es el villano barbudo Lung (Feng Ku), que ansía apropiarse de su fama y cuya arma es un letal nunchacku de tres secciones. Después de ser derrotado en un combate (con trampa) por Lung, el desencantado Lei Li jura no volver a luchar y se automutila el brazo derecho.

La vida de Lei cambia y conoce a una chica (Ching Lee) que lo acoge y se enamora de él. Paralelamente, una profunda amistad y admiración surge entre él y Feung (Lung Ti, pareja habitual de David Chiang en otros filmes), un espadachín al que acaba de conocer y a quien, al principio, oculta su verdadera identidad. Sin embargo, la tragedia golpeará otra vez al joven xia cuando su ex rival Lung mate a su nuevo amigo. Es entonces cuando el caballero vestido de blanco impoluto (color que simboliza la pureza del héroe), lleno de furia y movido por un irresistible sentimiento de justicia personal, se ve obligado a volver al combate para llevar a cabo una venganza despiadada contra el pérfido Lung, a quien ejecutará con el truco final de las tres espadas manejadas con un único brazo.



La Furia del Tigre Amarillo, titulada internacionalmente The New One-Armed Swordsman (aka Triple Irons), clausura la trilogía del Espadachín manco firmada Chang Cheh, un personaje clásico del cine chino de kung fu y que vendría a ser una especie de variación del samurái ciego Zatoichi. En esta ocasión, el director rescata a tan insigne luchador bajo los rasgos del actor-estrella David Chiang, más expresivo y dramático que su predecesor Jimmy Wang Yu, hasta entonces el buque insignia de Shaw Brothers. Casualmente o no, el mismo Wang Yu, una vez fuera de la productora, dirigió y protagonizó para la competencia directa, la Golden Harvest (la factoría de Raymond Chow que se hizo de oro con Bruce Lee), la psicotrónica El Luchador Manco (1971) y su correspondiente secuela, acontecimientos que le traerían cola en los tribunales.

La Furia del Tigre Amarillo tiene un planteamiento más heroico que el de las dos primeras entregas (El Espadachín Manco y El Regreso del Espadachín Manco) y está claramente influenciada por el spaghetti western, con el que también comparte ciertas melodías en su banda sonora. La película destaca por el  sentido coreográfico de las luchas grupales, especialmente el del apoteósico combate final que tiene lugar en el puente, cuando el xia manco vence a todo un ejército de enemigos uniformados dejando cientos de cadáveres acumulados a su alrededor. Junto a la acción y la estilizada violencia, La Furia del Tigre Amarillo posee el resto de señas que han hecho célebre y reconocible, al primer instante, a la Shaw Brothers: agilidad narrativa, puesta en escena refinada, encuadres perfectos, fotografía colorida y contexto histórico, aspectos éstos que guardan no pocas similitudes con otra productora mítica como la Hammer, dedicada principalmente al cine de terror.



Película genuina y provista de personalidad y carácter, la tercera entrega del Espadachín manco podría competir por ser el wuxia definitivo (dejando al margen A Touch of Zen), evidentemente por encima de otros filmes que han revitalizado el género en el nuevo milenio, pero que también lo han desvirtuado en pos del mero esteticismo y el romanticismo edulcorado. La Furia del Tigre Amarillo es una perfecta armonía de arte, disfrute y negocio.


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TOP 10 Películas ambientadas en Roma


«No te preocupes por la casa, no te preocupes, lo pagaré todo yo, aunque sea a costa de matarme a trabajar, aunque tenga que volver diabética a toda Roma»

Anna Magnani, en Bellísima


 1. ROMA, CIUDAD ABIERTA (Roma Città Aperta)
Roberto Rossellini, 1945


2. EL ECLIPSE (L’eclisse)
Michelangelo Antonioni, 1962


3. LAS NOCHES DE CABIRIA (Le Notti di Cabiria)
Federico Fellini, 1957


4. ACCATTONE
Pier Paolo Pasolini, 1961


5. LADRÓN DE BICICLETAS (Ladri di Biciclette)
Vittorio De Sica, 1948


6. ESPARTACO (Spartacus)
Stanley Kubrick, 1960


7. MAMMA ROMA
Pier Paolo Pasolini, 1962


8. LA DOLCE VITA
Federico Fellini, 1960


9. EL TORMENTO Y EL ÉXTASIS (The Agony and the Ecstasy)
Carol Reed, 1965


10. VACACIONES EN ROMA (Roman Holiday)
William Wyler, 1953


Mención extra: LA GRAN BELLEZA (La Grande Bellezza)
Paolo Sorrentino, 2013


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EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO, EL


Il Vangelo secondo Matteo

Italia, Francia, 1964. 137 min. B/N

Dirección: PIER PAOLO PASOLINI. Guión: Pier Paolo Pasolini (El Evangelio según San Mateo). Música: Luis Bacalov. Fotografía: Tonino Delli Colli. Intérpretes: Enrique Irazoqui, Margherite Caruso, Marcello Morante, Susanna Pasolini, Mario Socrate, Settimio Di Porto, Alfonso Gatto, Luigi Barbini, Giacomo Morante, Enzo Siciliano, Alessandro Clerici, Paola Tedesco, Eliseo Boschi, Natalia Ginzburg.


«Arrepentíos, pues está cerca el Reino de los Cielos»

Mateo 4:17


En octubre de 1962 Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, 1975) y otros cineastas italianos acudieron a Asís invitados por la asociación Pro Civitate Christiana para encontrarse con el Papa Juan XXIII y participar en unas jornadas de debates sobre la relación entre cristianos y marxistas, tema candente en la Italia del momento. En la habitación del albergue, Pasolini halló un ejemplar del Nuevo Testamento: «Ese día me leí los envangelios de principio a fin, como una novela; fue como un rayo de luz, sentí una necesidad inmediata de hacer algo con ese material, una energía terrible, casi física». El director dedicó la película al mencionado Papa Juan XXIII, un renovador eclesiástico que cambiaría el rostro del catolicismo con la apertura del Concilio Vaticano II, el cual creó una novedosa forma de celebrar la liturgia más cercana a los fieles y un nuevo ecumenismo.

La paradoja de que la más sentida semblanza cinematográfica de la figura de Cristo la hiciera un cineasta homosexual, comunista y ateo reconocido puso a prueba la sociedad italiana. Pese al escándalo generado y las previsibles críticas recibidas, El Evangelio según San Mateo obtuvo el Premio Especial del Jurado del Festival de Venecia de 1964, certamen en el que se llegó a triplicar la seguridad ante posibles altercados el día del estreno. Asimismo ganó el Premio de la Oficina Católica Internacional del Cine, calificándola el Vaticano como «la mejor obra sobre Jesús en la historia del cine». El arzobispo de Génova, el cardenal Giuseppe Siri, financió parte del proyecto y declaró que para conquistar la cultura de Dios era necesario correr riesgos.



Pasolini, el «intelectual hereje» condenado por blasfemo en 1963 por La Ricotta, se convierte ahora en perfecto pedagogo de la fe cristiana. El filme narra la vida y obra de Jesús de Nazaret (años 0 a 2 y 30 a 33 d. C. aprox.) a partir del Evangelio de San Mateo, escrito hacia el año 80 d. C. por Mateo de Cafarnaúm, y de los cinco grandes discursos de Jesús que contiene. La película fluye a la par que la fuerza y rectitud de la palabra, mediante la que Jesucristo, visto como un líder revolucionario acompañado por sus jóvenes y comprometidos discípulos («Os envío como ovejas en medio de lobos. Habéis de ser cautelosos como serpientes y sencillos como palomas»), exalta la justicia, la bondad, la solidaridad, la misericordia y el amor fraternal en tiempos de represión, rechazando los valores asociados al poder y la riqueza, de todo punto indignos para poder acceder al Reino de los Cielos: «El que se ensalza será humillado. El que se humilla será ensalzado». 

Las parábolas y enseñanzas de Cristo, despojadas de cualquier efecto artificial o sentimental, no se apartan un ápice del texto original de Mateo, evidenciando que ningún propósito de dotar de lectura marxista al filme hubo en Pasolini más allá de las posibles similitudes entre el marxismo y la doctrina social de la Iglesia: «Las líneas de diálogo deben rigurosamente ser las de San Mateo sin una frase, explicación o conexión. Porque ninguna imagen o palabra añadida puede alcanzar el altísimo nivel poético del texto». El director de Accattone, que no creía en la divinidad de Jesús (muestra a la Virgen María embarazada y no enseña la resurrección), escoge el Evangelio de Mateo por su contundente sentido social y por ser el más severo y menos místico de todos, ponderando la figura de Jesús no como Hijo de Dios, sino como lo más «divino» que hay en lo humano. Decía Pasolini que «la humanidad, la fuerza interior y la falta de temor al escándalo de Jesucristo» fueron tres de los motivos que le llevaron a contar su historia.



Con influencias de Dreyer, con pocos movimientos de cámara y explorando hasta el exhausto los rostros, Pasolini encuentra en el inhóspito y árido paisaje del sur de Italia (Matera y los «sassi», Potenza, Tarento, Sicilia) el raquitismo de sus gentes y una estética de la pobreza idóneos para colmar su fascinación por lo mítico y lo sagrado arcaico y representar convincentemente y sin apenas decorados la realidad bíblica. El cineasta rueda con actores no profesionales (campesinos, proletarios) que aportan su bagaje existencial y gestual, que nada tiene que ver con los sentimientos fingidos de los actores profesionales. El papel de Cristo recayó en el español Enrique Irazoqui, un estudiante universitario de 19 años sin experiencia en el arte dramático y cuya poderosa interpretación reside en la contención y solemnidad. El Cristo de Pasolini es cercano y no tiene atributos sobrenaturales; su pelo es corto y a menudo se muestra impaciente y colérico, lo que le humaniza y nos causa desconcierto. La Virgen María (de anciana) está encarnada por la madre del director, Susanna Pasolini, auténtica mater dolorosa y cuya escena llorando la muerte de su hijo ante el sepulcro no distaría mucho de la real.

La herencia neorrealista, casi naturalista, se combina con la excelente labor pictórica del director de fotografía Tonino Dello Colli (colaborador de Leone, Polanski, Malle y Fellini, entre otros) y del escenógrafo Danilo Donati, que tan pronto se inspiran en los frescos religiosos de Piero della Francesca (vestimentas, primeros planos icónicos de rostros) como en las composiciones de Pieter Brueghel​ el Viejo (planos generales). La banda sonora, coordinada por Luis E. Bacalov y Carlo Rustichelli, incluye fragmentos de piezas musicales de Bach («Pasión según San Mateo», «Concierto para violín y oboe en Re menor. Adagio», «Fuga (Ricercata) 6», «Hohe Messe. Agnus Dei» y «Concierto para violín en Mi mayor»), Mozart («Mauerische Trauermusik en Do menor» y «Cuarteto-disonante»), Prokofiev («Cantata de Alexander Nevski») y Webern y fragmentos del «Gloria» de la Misa Luba y el espiritual negro «Sometimes I Feel Like a Motherless Child».



Honesta, muy austera y lírica, a pesar de interesadas consideraciones políticas e ideológicas y de que muchos la identifiquen como «la visión de un ateo», El Evangelio según San Mateo es uno de los grandes títulos religiosos de la historia y probablemente la mejor película que se ha hecho sobre la vida de Jesús, cuya pedagogía social en el libro de San Mateo y en el filme no era la habitual en el cine norteamericano, más enfocado hacia la espectacularidad, la sensiblería y en destacar la característica de Todopoderoso del nazareno. Il Vangelo secondo Matteo es la obra maestra de Pier P. Pasolini, un hombre excepcional que defendió un cristianismo en el que sólo la carne es capaz de acercarnos a la eternidad y que, al igual que Jesucristo, fue llamado a convulsionar su tiempo y acabó asesinado.


«La marca que ha dominado toda mi obra es este anhelo de vida, este sentimiento de exclusión, que no disminuye, sino que aumenta el amor a la vida»

Pier Paolo Pasolini